domingo, 1 de septiembre de 2013

El maridaje: uno más uno no siempre es igual a dos

Aunque nunca se me han dado bien las matemáticas, siempre he tenido claro que uno más uno son dos. Lo he tenido claro hasta la cena del día 29 en Los Santos de Maimona.

Cuando uno es un cocinero vocacional y creativo y el otro uno es un bodeguero de tradición y apasionado, uno más uno no son dos sino un número muy grande, de esos que tienden a infinito. Cuando en la suma intervienen pasiones y buen hacer y, además, se trata de vino y cocina, las matemáticas no pueden explicar el resultado y se produce la explosión.

Y es que cada vez que se descorchaba una botella de Bodegas Toribio y se abrían las puertas de las cocinas de Las Barandas surgía con delicada violencia una cascada de sensaciones, aromas, sabores, texturas y colores. Cada plato y cada vino brillaron con luz propia.

La unión de las pasiones y el buen hacer de Fernando Toribio y Manuel Gil nos regalaron una cena memorable: ocho vinos y ocho platos. Cada plato cocinado con el vino que lo iba a acompañar. Un minucioso ensamblaje de los fogones de Manuel con los vinos de Fernando. Cocina que se mueve entre la modernidad y la tradición y vinos con diseños actuales que no olvidan lo mejor de sus raíces. Y, sobre todo, amor al vino y a la cocina.

Una cena que no solo fue deleite, sino también, una demostración de las calidades que puede ofrecer Extremadura. No cabe más que desear un gran éxito a la gama de vinos Torivín y al restaurante Las Barandas.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, Jaime. No se puede decir tanto y tan claro con tan pocas palabras: AMOR y PASIÓN por el vino y la cocina.

    Afortunadamente pudimos estar presentes. Conocemos, desde hace ya bastante tiempo, a Manolo y a Fernando, y esperamos con impaciencia sus exquisitas "obras", pero siempre, y digo siempre, acaban sorprendiéndonos. Felicidades.

    Ni que decir tiene que nos sumamos a tus buenos deseos de éxito para ambos.

    Saludos y buen día para todos.

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